La
piel está constituida por dos capas: la
epidermis, más superficial, y la
dermis, más profunda.
La epidermis está constituida por tejido epitelial pluriestratificado. Las células de las capas superficiales están muertas e impregnadas de sustancia córnea, la
queratina, que impermeabiliza la piel. Esta células se dividen continuamente para renovar las que se van perdiendo. En esta capa también se intercalan
melanocitos, células productoras de un pigmento, la
melanina, que da color a la piel.
De la epidermis derivan las
uñas misión protectora, los
pelos, misión termoaislante, las
glándulas sebáceas, producen grasa para impermeabilizar el pelo y las
glándulas sudoríparas, segregan el sudor para refrigerar la piel.
La dermis está constituida por tejido conjuntivo, y en ella se localizan vasos sanguíneos músculos que erizan el pelo y receptores táctiles. Por debajo del tejido conjuntivo se localiza una capa de tejido adiposo cuyas células almacenan grasa y cumplen funciones de protección y aislamiento térmico.
Los receptores del tacto son terminaciones nerviosas libres o encerradas en cápsulas que se hallan dispersas por la piel. Existen diversos tipos de receptores según el estimulo que reciban:
- Corpúsculos de Meissner: las presiones ligeras de contacto;
- Corpúsculos de Pacini: las presiones fuertes y las vibraciones;
- Corpúsculos de Ruffini: el tacto, la presión y el aumento de temperatura ( la sensación de calor);
- Corpúsculos de Krause: el des censo de temperatura ( sensación de frío)
- Terminaciones nerviosas libres: la sensación de dolor, calor y temperatura.